Palabras conmemoración 24 de Marzo
El 24 de
marzo conmemoramos un nuevo aniversario del golpe de Estado que se produjo en
el año 1976 y que se prolongó hasta la vuelta a la democracia en el año 1983.
Ese día comenzó en Argentina un proceso criminal que fue la conocida dictadura militar.
La
dictadura militar o cívico militar que
duró 8 años consistió en la toma del poder por parte de los mandos militares de
nuestro país, que actuaron como grupo de choque de las corporaciones
multinacionales y sus socios locales como
La
dictadura cívico militar, que tuvo su inicio formal el 24 de marzo de 1976, fue
parte de un plan macabro, que en su faz represiva se denominó Plan Cóndor y se
desarrolló en varios países de Latinoamérica, es así que en esos años también
hubo usurpación del poder democrático y dictaduras en Uruguay, Chile, Paraguay
y Brasil entre otros. Dicho plan fue llevado a cabo con la colaboración del
gobierno de Estados Unidos, que entre otras cosas formó a los “cuadros” –o
grupos- militares de todos nuestros países en técnicas de: secuestro, tortura y
desaparición de personas y además, les dio reconocimiento a estos gobiernos
ilegales que se implementaron como dictaduras militares, el centro de formación
de tortura de los Estados Unidos se conoció como Escuela de las Américas.
Corrían
aires de mucha participación popular, de democracia, de luchas populares por
los derechos laborales y los derechos de los estudiantes, de proyectos y
utopías para transformar las injusticias e inequidades sociales, ante esta
realidad fue que se intentó cortar con este proceso popular a través de los
gobiernos de facto.
El
gobierno dictatorial impuesto en
En lo económico se produjo un
tremendo proceso de endeudamiento externo, que creaba una falsa sensación de
buena economía, pero se sustentaba en dinero que venía del exterior y que
posteriormente compromete al país por las deudas heredadas. Actualmente el
gobierno democrático destina varios miles de millones anuales al pago de esa
deuda externa que podría utilizarse para cubrir las necesidades de la población
y desarrollar la producción de bienes y servicios. Es decir que aun hoy estamos
pagando las consecuencias de esa dictadura que sufrimos desde el año 1976 al
año 1983. Se pasó de una economía productiva a una especulativa financiera y se
destruyeron fábricas y desaparecieron obreros.
En lo político, se prohibieron
todas las formas de participación democrática, se impidió la actividad de los
partidos políticos, sindicatos, centros de estudiantes, centros barriales,
espacios artísticos y toda actividad que nuecleara a
los diferentes sectores populares que colectivamente venían construyendo otro
proyecto de país.
Los tres poderes del estado
democrático fueron borrados, Se coartó el trabajo del poder judicial y el poder
legislativo, a las leyes las dictaban directamente quiénes usurparon el poder y
las decisiones judiciales pasaron siempre por sus manos.
El
terrorismo de estado se impuso como
política hacia la población. Mientras en todos los aspectos se
coartaron las libertades, en el plano social se perseguía, secuestraba,
torturaba, mataba y se hacían desaparecer los cuerpos de todas aquellas
personas que tuvieran iniciativas de participación popular y de resistencia a
las atrocidades cometidas en todos los aspectos.
Fue
así que en nuestro país sufrimos la desaparición de 30.000 personas, que
murieron a manos de esa dictadura militar, esos 30.000 argentinos desaparecidos
y muchos más, fueron secuestrados sin ningún tipo de proceso judicial, sus
casas fueron asaltadas por grupos de operaciones que dependían del gobierno
dictatorial, luego fueron encerrados en centros de detención clandestinos donde
fueron torturados mediante diferentes métodos de tormento: picana eléctrica,
submarino, todo tipo de castigos corporales y psicológicos y muchos de ellos
fueron asesinados o murieron por los efectos de la tortura. Sus cuerpos no
fueron entregados a familiares sino que fueron enterrados en lugares ocultos o
tirados al mar mediante los “vuelos de la muerte”.
Dentro de las personas
secuestradas y torturadas se encontraban muchas mujeres embarazadas, que luego
de ser sometidas a las más aberrantes agresiones y antes de darles muerte, les
fueron robados sus bebés y entregados a otras personas amigas del poder.
Datos a
tener en cuenta y para no olvidar
La mayoría de las personas que
cometieron un sinnúmero de crímenes de lesa humanidad no fueron juzgados luego
por la justicia y hoy caminan entre nosotros.
Si bien la dictadura fue
implementada y llevada a la práctica por el poder militar del país, hubo
colaboración desde sectores de la sociedad civil que se beneficiaron con esta
clase de gobierno, entre otros contamos a empresarios que contrajeron deuda
externa y luego esa deuda fue transferida al Estado para que la paguemos entre
todos.
Muchos de los 30.000 desaparecidos
fueron estudiantes que militaban por la construcción de un mundo mejor,
trabajadores que militaban por sus derechos laborales y docentes que trataban
de enseñar la verdad de la dictadura que se intentaba ocultar por todos los
medios.
Muchos medios de prensa que
actualmente nos informan, como los Diarios Clarín y Nación y la revista Gente,
en ese momento ocultaban lo que sucedía y colaboraban con los militares.
Hoy en día contamos con
organizaciones sociales que reclaman y trabajan por el esclarecimiento de lo
sucedido en aquellos años oscuros, como:
las Madres de Plaza de Mayo que
sufrieron la desaparición de sus hijos,
la agrupación HIJOS que sufrieron la
desaparición de sus padres y
las Abuelas de Plaza de Mayo que
buscan a sus nietos que fueron robados cuando eran bebés y nacieron en el
cautiverio y la tortura de sus madres, actualmente se han recuperado 101 de
esos bebés.
En nuestra ciudad tuvimos 9
desaparecidos, algunos de los cuales eran ex-alumnos de este Colegio.
El Colegio ostenta el triste
recuerdo de haber recibido con todos los honores al General Videla en plena
dictadura y tortura de nuestros amigos, padres o hijos.
Hoy es
necesario recordar ese 24 de marzo, debemos comprometernos con la memoria de lo
que pasó, para comprender lo que nos pasa hoy, para estar prevenidos y no
transitar nuevamente ese camino, los jóvenes deben conocer porqué luchaban los
jóvenes de ese tiempo y saber cuales fueron los motivos por los que se intentó
borrar todos esos sueños, esos compromisos sociales. Hoy tenemos el desafío de
construir esa sociedad más justa con la que soñaron esos 30.000 desaparecidos,
ellos fueron torturados y asesinados porque querían una sociedad más justa,
pero sus fuegos nos siguen iluminando el camino.
17 de
marzo de 2.010
Víctor
Hugo Hutt