Carta Pública a
Por Jorge
Acosta; Marcelo Perini, Rosario de Tala
Es evidentemente clara la intencionalidad de
deslegitimar la protesta haciendo
hincapié a través de los medios de comunicación, en una sola faceta de ella,
tiñéndonos a los docentes de egoístas, a través de la afirmación de que nuestra
preocupación es meramente salarial (ELLOS pretenden formar la opinión pública
dejando entrever que los sueldos son suficiente e incluso excesivos); por eso
vamos a intentar usar los mismos medios, Señora. Para responderle a ELLOS y a
USTED.
El día 22 y 23 del corriente, los docentes teníamos
planificada una protesta legítima[1][1],
debido al abandono evidente de la educación por parte del estado, y no
sólo reclamábamos por nuestra condición
salarial (sueldos cada vez con menor poder adquisitivo y en negro), sino
también por la atención de otros aspectos fundamentales para el desarrollo de
la enseñanza-aprendizaje, como las condiciones edilicias y de infraestructura.
Nuestros pequeños, Señora López Arango, vienen con hambre, pasan frío y en la
escuela, sólo tenemos MÁS circunstancias insalubres para ofrecerles.
Ud. dice Señora que los chicos tienen derecho a la
educación y nosotros lo compartimos Señora, y diríamos más: los niños tienen derecho a una educación
DIGNA; no escuelas donde los techos se vienen abajo, con baños que son
retretes, y con cooperadoras que hacen magia para comprar tizas, libros de
temas, estufas, colectas de ropa y un largo etcétera que ud.
parece desconocer Señora.
La invitamos cálidamente –Señora- a que pase una de
estas inclementes mañanas -o noches- en nuestras gélidas aulas, a que use
nuestros baños, a que conozca las peculiaridades de nuestros pequeños y sus
necesidades.
El Presidente del Consejo General de Educación, Jorge
Kerz, declaró públicamente no entender el reclamo de
los docentes ya que nueve de cada diez
pesos del presupuesto educativo se destinan a salarios, queriendo connotar
que la mayor parte del presupuesto va a parar a nuestros amenguados sueldos.
Pero si sabe leer entre líneas Señora, uno
de cada diez pesos está destinado a infraestructura, a condiciones edilicias, a insumos y gastos
que demandan los establecimientos escolares… ¿No será poco Señora? ¿No refleja esa cifra que el abandono de la
educación no es nuestro, sino de quienes tienen la responsabilidad de la
distribución y deberían asumir dicho abandono?
Los padres de los niños están preocupados por la
educación de sus hijos, nosotros también Señora. ¿No debería ser acaso la demanda de condiciones escolares
dignas considerada un hecho educativo?
En nuestra escuela, Señora, los baños son prestados y
se comparten entre dos instituciones[2][2], y
el de caballeros consta con inodoros a la turca, de esos en que uno se para,
apunta y dispara, ¿le parece gracioso Señora?, ¡Nosotros damos fe de que no lo
es tanto!, y la invitamos a que vea y use nuestras instalaciones. Contamos más:
en la cocina, Señora, hay una garrafa junto a un viejo quemador; que se usa
para darle un dietético desayuno a nuestros pequeños (no hay para más, a pesar
de que a quienes administran el presupuesto para dicho desayuno, ya deberían
haberle otorgado el diploma de magos), pero ese desayuno es ALGO, lo sabemos
nosotros Señora…nosotros SÍ, ud. NO, nosotros que
hemos recibido en brazos a alumnos que se nos desmayan de hambre. Pero no nos
pongamos tan dramáticos, nosotros sólo queríamos contarle de la garrafa y el
quemador… las autoridades ya han reconocido la peligrosidad de esa garrafa
dentro de nuestra “cocina” (que también se usa de aula Señora), y ahí sigue la
garrafa como un signo de exclamación, como un semáforo en rojo, como un símbolo
del abandono.
Nuestra lucha es por la educación, pero otros
sectores insisten y declaman en que es una demanda salarial nada más, o peor
aún, el gobierno hizo pública su opinión al respecto, “la huelga es producto de
internas gremiales”. No podemos expedirnos al respecto. Todo el mundo sabe que
el paro es consensuado en consultas de asambleas en cada uno de los
establecimientos escolares de la provincia; ¿pero como luchar Señora contra los
medios monopolizados, que manipulan
la opinión, inclusive la de los mismos afectados?
Pero hablemos, sólo de la demanda salarial Señora.
Nos preguntamos: ¿Nuestro reclamo será injusto? Días atrás un diario de Paraná
publicó que sólo para comer (desayuno, almuerzo, merienda y cena), una familia
tipo debe de disponer treinta pesos diarios, lo cual sumaría unos novecientos
pesos al mes Señora; pero esa familia también debe vestirse, pagar impuestos
sobre bienes y servicios, calefaccionarse, mandar a sus
hijos a la escuela, también debería recrearse, poder construir una vivienda
digna ¿No es un derecho inalienable la vivienda? ¿Sabe cuanto cuesta construir
Señora? Nosotros no lo sabemos, no hemos
proyectado nuestras viviendas aún, pero sabemos que con nuestros salarios,
cuando lo decidamos, deberemos hacer un plan en varias décadas…o en varias
encarnaciones!!!.
Comprendemos que ud. no nos
entienda ¿Cuánto gana ud. Señora, 6.000, 8.000,
10.000 pesos? Lo que no podemos entender es su pretensión de que este fallo
favorece a la educación.
¿Cómo podríamos pararnos frente a un curso, si día a
día los trabajadores perdemos nuestros derechos? ¿Como podríamos mirar a un
alumno a los ojos si no tenemos la integridad de enfrentar a quien quiere
reducirnos a condiciones de vida indignas? ¿Cómo podríamos educar en valores si
dejamos que socaven los nuestros? ¿Cómo podemos fomentar una enseñanza crítica y reflexiva si
ejemplificamos con la sumisión? ¿Cómo vamos a enseñar a cambiar el mundo si
dejamos que nos impongan el nuestro? Por eso insistimos Señora, nuestra lucha es
un hecho educativo, y no llevarlo adelante es sentar un precedente, uno de esos que afectará a muchos en el
futuro.
En todo “paro de actividades” hay afectados Señora;
si paran los trabajadores de la salud, enfermos se quedan sin su atención, si
paran los trabajadores de transporte mucha gente no llega a su destino, si para
los judiciales, a muchos criminales se le retarda la sentencia, si paramos los
docentes muchos alumnos se quedan sin asistir a los establecimientos
educativos… pero no son los trabajadores los que abandonan sus
responsabilidades, es el Estado Señora, estudiemos un poco de lógica y nos
daremos cuenta fácilmente de ello.
El Estado y la
familia tienen la responsabilidad
indelegable de la educación, es el estado quien a través de un contrato
social relega la tarea educativa en
los establecimientos educativos, pero no
relega la responsabilidad, y por último, es el estado quien no propicia las
condiciones favorables para que ese contrato social se cumpla.
Nosotros acordamos con ud.
Señora en un punto: nuestros niños tienen el derecho a la educación (en
condiciones “dignas” agregamos),
pero su sentencia debería sancionar al responsable de la educación -y su
abandono- que no es otro que el mismo Estado y no a los docentes; porque es Él
quien no brinda las condiciones favorables para el desarrollo de la
enseñanza-aprendizaje.
El Estado paga más de un
cincuenta por cierto de nuestros salarios en negro convirtiéndose en el
principal evasor y dejando a nuestros abuelos en condiciones miserables. El
mismo Estado que vació las obras sociales, el que privatiza los bienes
públicos; el mismo que no tiene presupuesto para atender las necesidades
educativas y amenaza contratar docentes suplentes de los hacemos huelga, el
mismo Estado que quiere intimidarnos con un plebiscito popular, sobre si debe,
o no, aumentarnos. ¿Se hacen consultas populares cuando aumentan sus sueldos
los políticos? ¿Someten a consulta la venta o privatización de los bienes públicos?
¿Por qué no consultan al pueblo sobre el aumento de precios e impuestos? ¿Por
qué no les preguntan sobre la opinión
que tienen de los dirigentes enquistados en el gobierno?
¿Dónde esta la justicia
cuando pequeños piden limosna, se drogan, se prostituyen? Esos mismos niños que
el sistema y el reparto excluye y ud. dice proteger
Señora. ¿Alcanzará María Gabriela López Arango con enviar a los chicos a la
escuela o habrá que luchar contra esa forma de hacer política que ud. favorece?
Como ud. Señora tal vez no
sepa, las condiciones sociales y por lo tanto escolares han cambiado; En
Por último, admitimos no
entender mucho de leyes, y tal vez sea por lo mismo que no podamos comprender
algunos sucesos:
Por todo esto señora, (y muchas cosas mas que no
viene al caso citar en la presente) NO
CREEMOS EN SU ALTRUISMO EN RELACIÓN A
MIETRAS TANTO SOPORTAMOS FALLO…
Jorge Acosta; Marcelo Perini.[3][3]
[1][1] El
derecho a huelga, -como ud. bien sabrá- se ampara en
[2][2] Los
baños pertenecen a
[3][3]
Docentes de