Comunicado de Prensa
Ante las recientes declaraciones del Gobernador de la provincia de Entre Ríos, Sergio Uribarri, sobre el conflicto docente y AGMER, en que acusó a los dirigentes del sindicato de ser “clasistas” y “combativos”, desde AGMER Seccional Uruguay respondemos que:
EL GOBIERNO PROVINCIAL TAMBIÉN ES CLASISTA Y COMBATIVO
Las últimas declaraciones del gobernador en torno al conflicto con los docentes son otra prueba más de que el sector del poder que representa no está dispuesto a dialogar con los trabajadores. Por el contrario, refleja el desprecio “de clase” por los que luchamos.
Estas declaraciones miradas a la luz de los últimos sucesos, muestra un gobierno “combativo” contra los trabajadores, que intervino para reprimir, perseguir y desvirtuar genuinos reclamos, asumiendo la defensa de las patronales como propias. Basta conocer el papel lamentable del gobierno del Estado provincial -con su policía y su justicia- castigando a los trabajadores de los frigoríficos en C. del U. -la escandalosa detención de un dirigente gremial y el procesamiento de luchadores populares- o la reciente represión y tortura a los trabajadores del arándano.
En nuestro sector vemos día a día cómo el gobierno nos “combate” descontando los días de paros y disciplinado a funcionarios y punteros para desmovilizarnos con el objeto de imponer las concepciones educativas que en sus declaraciones quedan explícitas: “salario según capacitación”, la misma propuesta competitiva y meritocrática que intentaron llevar adelante durante la década de los ’90 las reformas neoliberales, tal como lo demandan los sectores patronales. Aquí, el gobierno también es claramente “clasista”.
En el mismo sentido este gobierno no avanzó siquiera en una reforma impositiva que expropie a quienes concentran la riqueza, fruto del trabajo social de los trabajadores; tampoco avanzó en la distribución de la riqueza según criterios de necesidad. Además, sigue permitiendo formas de explotación laborales precapitalistas y permitiendo el trabajo en negro.
Entendemos, por lo tanto, que este modelo “combativo y clasista” del gobierno defiende los intereses de las minorías parasitarias de esta provincia que viven del esfuerzo de los trabajadores. El gobierno también ha hecho una opción de clase: de defensa a los sectores patronales.
Nosotros nos situamos en las antípodas, pero también hemos hecho una opción de clase y combativa: defensa de la escuela pública, distribución con nuevas formas de producción de la riqueza y solidaridad con las luchas de otros trabajadores. Desde ese lugar nos sentimos orgullosos de nuestra historia.
Entendemos que el llamamiento que le hace a la “militancia intermedia”, para que se oponga a la dirigencia del sindicato, es una chicana que sólo pretende esquivar las discusiones y el diálogo, además de partir de un serio error que lo lleva a conclusiones equivocadas: la “militancia intermedia” junto a las bases somos quienes definimos las políticas gremiales que llevamos adelante. Nuestro sindicato, con sus diferencias internas y gracias a ellas, sigue siendo un ejemplo de democracia, participación y pluralismo. Nuestros intensos debates internos tienen por objeto fortalecer el sindicalismo preocupado en la construcción cotidiana de la clase trabajadora, dicha democracia nuestra no queda en el testimonio de los congresos, ni es virtud de tal o cual dirigente, es mucho más profunda, se encuentra en las asambleas departamentales, en las escuelas y en la calle.
Criticar nuestras formas de demanda hace suponer que el gobernador adhiere a otro tipo de sindicalismo: el que está en íntima convivencia con las cámaras patronales y el gobierno. Ese tipo de sindicalismo es el mismo que persigue y entrega a los compañeros, que hace negocios con las obras sociales y que tiene dirigentes estancieros y/o empresarios, sin dudas estamos bastante lejos de tales prácticas.