Por Luís Fernández, AGMER Uruguay
Cuando las
consignas de campaña electoral adquieren importancia en el ejercicio
político de disputa de poder aparece el
tema educativo como uno de los pilares esenciales de los proyectos de gestión;
se habla de la escuela inclusiva, de la educación como único medio de formación
ciudadana, se la describe como movilizadora e
igualadora de oportunidades; en ella se deposita la esperanza de futuro de la nación, en cierta
manera se la enuncia como panacea de los males sociales. Sin embargo la
experiencia de cada uno de los proyectos políticos no tienen
su correlato en algo que es fundamental para todo ejercicio de gestión de
gobierno, los recursos económicos con los cuales se sustentarán los
presupuestos de mandato. Esta especial característica del ejercicio político de
nuestro país, genera a poco de andar en cada uno de los gobiernos un escenario
de demanda y de crisis recurrente, fundada particularmente en la escasez de
recursos económicos por parte del estado. Esta situación transforma a la
consigna electoral en algo estrictamente demagógico, se apela a uno de los
elementos más sentidos por parte de la sociedad como lo es la educación, para traccionar la voluntad popular. Lo cierto es que si no hay
recursos, no es posible concretar las aspiraciones
electoralista, en cierta forma en virtud de esto se consuma
periódicamente un fraude a la expectativa social.
En este
contexto planteado es importante definir cuales son los elementos fundamentales
de los conflictos que se generan; en primera instancia la escasez de recursos
presupuestarios para solventar responsablemente los deberes del estado y por
otra parte el contexto económico en el cual estos recursos operan.
En primera instancia los recursos
presupuestarios se encuentran vinculados estrictamente a la capacidad de
recaudación de los estados provinciales y los fondos de coparticipación federal
que estos perciben. En este sentido es importante poner de manifiesto que en el
aspecto educativo a partir de la transferencia del estado nacional hacia las
provincias su sistema a partir del año 1993, estas se hicieron cargo de
solventar los nuevos gastos sin recibir los recursos que correspondían. Otro
elemento no menos importante vinculado al crecimiento del compromiso económico
estatal, es el aumento natural del sistema educativo y por otro lado la
ampliación de las responsabilidades financieras en función de las del
incremento obligatoriedad de la enseñaza, del desarrollo tecnológico, de los
contextos sociales de crisis económica generada por el mismo estado, etc. Sin embargo
los recursos presupuestarios si bien han aumentado en cuanto a cantidad
dineraria, no se corresponden en proporción con el resarcimiento necesario por
la transferencia de servicios y las demandas propias del incremento del
sistema.
Como consecuencia del escenario
planteado es indispensable que el estado provincial disponga de mayores
recursos presupuestarios para afrontar los compromisos que le son propios, en
este sentido la posibilidad de obtenerlos encuentra dos opciones genuinas, el
aumento de la recaudación impositiva provincial o la alternativa es que estos
fondos provengan del estado nacional por la vía de
Un indicador interesante de la
realidad planteada nuestro sistema educativo provincial, las cifras previstas
para el corriente año muestran la siguiente situación en la distribución de
recursos.
AÑO |
INCISO 1 |
INCISO 2 |
INCISO 3 |
INCISO 4 |
INCISO 5 |
TOTAL PRESUP |
|
Gastos en personal |
Bienes de consumo |
Serv.no personales |
Bienes de uso |
Transferencias |
|
CGE - 2008 |
860.848.000 |
5.462.000 |
16.016.000 |
12.723.000 |
196.212.000 |
1.091.261.000 |
UADER 2008 |
78.605.000 |
989.000 |
1.469.000 |
501.000 |
2.200.000 |
83.764.000 |
Totales |
939.453.000 |
6.451.000 |
17.485.000 |
13.224.000 |
198.412.000 |
1.175.025.000 |
Los recursos del sistema educativo
tienen una distribución particular que concentra la mayoría de sus gastos en la
parte salarial del mismo y porcentajes muy reducidos destinados a costear su
sostenimiento funcional, esto se puede apreciar en lo correspondiente a los
bienes de consumo, servicios no personales y bienes de uso. Este esquema de
distribución ha perdurado a lo largo de muchos años, lo cual ha generado la
realidad financiera con la cual se manejan nuestras escuelas, sin recursos
financieros, sin insumos y con serias deficiencias edilicias funcionales en
muchos casos. En cierta manera la estructura funcional de la educación
provincial necesita de otra disposición de recursos para poder transformar un
largo ciclo de desinversión que ha generado en la
realidad de la que hoy formamos parte. No alcanza con programas parciales de
reparación o de equipamiento didáctico, ya que la dinámica de la actividad
demanda fondos permanentes para el mantenimiento necesario.
Analizando por otra parte el gran
porcentaje que se asigna a salarios, a los ojos y oídos de la sociedad
pareciera que el estado cumple con su responsabilidad de pagar salarios dignos;
esto es lo que se desprende de las expresiones de los funcionarios de educación
o economía cuando mencionan abultadas cifras o citan casos testigos de cargos
como el maestro sin años de antigüedad. Sin embargo el aumento que ejemplifican
con este caso, que es de un 40 % llevando el básico a $ 673,19, habla claramente
de uno de las atropellos más importante que hace el estado con el trabajador
docente, el pago de sueldos en negro, sino no se puede explicar como se llega
al salario mínimo docente que es de $ 1.358,00. Aparejado a esto, si se analiza
la elongación por antigüedad a lo largo del escalafón docente se aprecia un
achatamiento que ha destruido la carrera docente.
Si se toman otras responsabilidades
del estado con la educación, como las becas de transporte escolar las cuales
han sufrido importantes recortes durante este ciclo lectivo, o las dificultades
planteadas en el transporte de alumnos en el departamento Islas, o si se mira
el importe destinado a alumnos para comedores que de $ 1,20 por día, cuando el
costo calórico que un niño necesita en una dieta variada es de $ 4,50, para el
almuerzo y desayuno o merienda, que es lo que corresponde al comedor escolar.
Todos estos elementos mencionados son signos evidentes que el problema de
recursos presupuestarios es central para el estado provincial, sin embargo para
los funcionarios provinciales es más importante mantener “relaciones carnales”
con el poder central, a costa de evadir las responsabilidades que les competen
con su población y con los trabajadores que en medio de las carencias generadas
hacen malabarismos para atender sus funciones y subsistir en el escenario
inflacionario que irresponsablemente han contribuido a instalar visiblemente en
la realidad cotidiana de nuestra vida, pero que neciamente intentan negar. Para
modificar esta situación solamente queda un camino, el de la lucha perenne e inclaudicable de la clase trabajadora en pos de conseguir
dignidad y justicia social.