Celebramos el reconocimiento del Sitio de la Memoria de la Ex ESMA como Patrimonio de la Humanidad

La jornada de ayer en nuestra Patria no fue un día más. La noticia fue recibida en todo el territorio con la misma emoción con que recibimos los 133 anuncios sobre la recuperación de cada nieto o nieta; de la condena a cada genocida en juicio justo y al amparo de la Ley.

El Sitio de Memoria ex ESMA es testimonio del terror, de la magnitud del genocidio, de la planificación casi científica del exterminio. Es vestigio y evidencia de la tortura, de la maquinaria puesta al servicio de la desaparición y la apropiación de bebés. Es la muestra más cabal de lo que denuncia nuestro pueblo cuando señala al terrorismo de estado.

Pero al mismo tiempo, en ese sótano del horror y la oscuridad, se mantiene viva la memoria de la resistencia de nuestros 30 mil compañeros y compañeras desaparecidos y desaparecidas. En la Ex ESMA destinada a no olvidar se mantiene vigente toda la experiencia de solidaridad entre los compañeros y compañeras detenidos y secuestrados, el valiente testimonio de compromiso, dignidad y silencio frente al torturador.

Y se mantiene viva la persistencia de las heroicas Madres y Abuelas de la Plaza que desde el primer momento denunciaron la desaparición de sus hijos e hijas, la apropiación de sus nietos y nietas y dijeron con voz clara y firme que ese espacio nauseabundo era uno de los lugares más terroríficos al servicio de la dictadura genocida.

A cuarenta años de la recuperación de nuestra democracia es un enorme logro de la lucha popular, un verdadero reconocimiento al camino que hemos transitado como pueblo en resguardo de la memoria, en búsqueda de la verdad y en la lucha por la justicia y contra la impunidad. Frente a las campañas negacionistas y apologistas del genocidio, contar desde ahora con un sitio de memoria reconocido como patrimonio mundial es un respaldo que reconforta y anima en las luchas que nos faltan.

30 mil compañeros y compañeras desaparecidos

¡Presente!

¡Ahora y siempre!

Comisión Directiva Central | AGMER