A pocos días de finalizar el año, desde AGMER hacemos llegar a las y los trabajadores de la educación de nuestra provincia un afectuoso abrazo y un gran reconocimiento al trabajo realizado, que permitió sostener la educación pública en la hora más difícil. Nuestra organización sindical estuvo desde el inicio de la cuarentena demandando y luchando para obtener del Gobierno una respuesta acorde a la gravedad de la situación. También AGMER pudo encontrar nuevos caminos y modalidades para la acción sindical en un mundo que cambió de golpe. La cuestión salarial y la necesidad de que el Estado garantice los recursos tecnológicos fueron los ejes centrales de nuestros planes de lucha. Pero el Gobierno que negaba la posibilidad de discutir en paritarias, golpeó con una ley de Emergencia injusta, que significó más ajuste. Supimos tempranamente que la lucha para enfrentar política regresiva debía ser colectiva. En el marco del Frente Sindical dimos pelea con las otras organizaciones y logramos dos importantes victorias en el ámbito judicial contra la ley de emergencia. El plan de lucha de AGMER se sostuvo de manera ininterrumpida y se intensificó por absoluta responsabilidad del gobierno. El Congreso Extraordinario de nuestro sindicato ratificó lo actuado y profundizó las acciones cuando de manera unilateral el Gobierno impuso el retorno a la presencialidad sin garantizar condiciones para un retorno seguro en términos sanitarios. Sobre fines de diciembre, recibimos una convocatoria del Gobierno donde se comunicó el pago de un bono de 5000 pesos antes de fin de año y la apertura de la paritaria salarial en enero. Sabemos que estos pagos únicos son un parche y que los y las docentes necesitamos soluciones de fondo, pero en este contexto delicado traerán algo de alivio a compañeros y compañeras. Empezaremos el 2021 discutiendo en paritarias y eso es mérito de nuestra lucha. Será la oportunidad de lograr una recomposición salarial que dé cuenta del deterioro sufrido, pero también vamos a discutir condiciones de trabajo, infraestructura escolar, protocolo de presencialidad y políticas educativas. Cerramos un año difícil y abrimos el 2021 con la esperanza y las convicciones intactas, porque las y los docentes no abandonamos nuestras luchas.
